No paso nada
entonces cuando sobrevivimos a la tormenta, pensamos que tal vez seríamos inmortales,
pero el tiempo nos recordó que la inmortalidad duele más, que tal vez deberíamos
de haber muerto juntos ese día. El mismo punto de inseguridad, los mismos
abrazos, los mismo besos, pero había un desequilibrio, ya no solo de altura, si
no del tiempo y el lugar. Demasiado pronto para casarnos en el mar, demasiado
pronto para conocerte demasiado. Creímos que sería mejor ir más rápido que los
demás, creímos que tumbarnos en la playa en invierno no suponía más problema
que bolsos y besos llenos de arena, pero hacía frío. No creí en el amor entre
dos similitudes, no creía en ti porque no creía en mí. Pero ahora es demasiado
tarde para recordar, ahora es demasiado tarde para enamorarme de ti, tal vez deberíamos
de haber muerto juntos en muchos momentos. Ahora ya no vale que te diga que te
quiero, porque no los regalan y me costaría muy caro. Ahora ya no vale… pero yo
querría haber muerto contigo.
Un secreto vale lo que aquello de quienes tenemos que guardarlo
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