Un secreto vale lo que aquello de quienes tenemos que guardarlo

lunes, 26 de diciembre de 2011

si piensas que te vas a arrepentir cuando te levantes, simplemente acuestate más tarde


Quiero hundirme dentro del vodka de frambuesa,
 Respirar dentro, morir dentro,
 Su sabor amargo me recuerda a ti.
 Hoy es el primer lunes de una sucesión de tanto otros,
 Y pienso en ti y en el vodka de frambuesa como mi objetivo perdido de este año.
 Me gano en la lucha el 2011
 Y esa manía de enredarme en tu pelo
 de besarte en la nariz
 La nariz más bonita que he visto.
 Atrapar los cigarros con los labios y no dejarlos escapar, 
 Acompañar las tarde con películas de fondo,
 Encontrar hogares donde no hay más que calles y coches
 Decirnos ven cuando ya estamos cerca,
 Muy cerca, Es peligroso.
 Quiero que me sobes hasta gastarme,
 Que me pellizques,
 Que me mates.
 Quiero que me busques y que no me encuentres.
 Dime ven para decirte que no puedo dejarlo todo
 Dime que me quieres para no saber qué contestarte.
 Se mucho de la vida y poco de ti
 Y eso me jode más que el estar borracha y no poder llamarte.
 Sé que me dices que tengo un problema con la vida,
 Pero sin ti ese problema desaparece
 El aburrimiento me hace aborrecer esta navidad sin espíritu.
 La decisión que he tomado me está hundiendo y
 Dentro de poco 
Vas a tener que buscarme por debajo de la calle que lleva a tu casa
Porque ni con estas
Conseguiré alejarme de ti,
 Nunca.
 Me quedo con el sabor amargo del vodka de frambuesa
 y con mi recuerdo favorito a salvo de huellas dactilares que no sean
simplemente
las de tus manos en mi piel.

martes, 20 de diciembre de 2011

Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular (parte III)










Ya es casi navidad y veo las luces encenderse en las calles y no quiero pensar en ti pero lo hago, porque sé que no te gusta regalar y no espero que vuelvas a casa por navidad. Sigo sin saber nada de ti y el invierno como se me ha caído un poco encima.
El tono triste de esta carta es porque es una despedida porque estoy harta de perder dos horas de mi vida reflexionando sobre ti, porque como que la vida en general ha perdido sentido. Si que veo tu pelo resbalar por tu frente y tu sonrisa en cada esquina de este apartamento, si te pudiera borrar lo haría, pero no puedo y yo creo que sí que vuelvo a casa por navidad, te dejo el alquiler a ti, no lo voy a pagar más, ya no tiene sentido mantenerte vivo cuando has decidido abandonar.
Siempre has sido asi de inseguro y esta parece ser la definitiva, ahora me toca tomar la decisión a mí, sacar mi orgullo a hacer el tonto por los bares, a jugar al billar enseñando escote y a beberme los Martini sin aceitunas con el meñique apuntando a los neones gastados. Voy a celebrar mi vuelta al mundo, girls just wanna have fun, o algo así me han enseñado.
No soy nada fuerte y eso tú lo sabes y he mentido, si que he sabido de ti, esos últimos mensajes de buenas noches que me has dejado me han sabido a vacio y ya no se me corre el rímel cada vez que me imagino muriendo en hawaii sin ti.
Me he vuelto loca al pensar con quien estarás ahora, quien aguantara tu mala educación y tu manía de apropiarte de las camas y los espejos, tu caricias y tu obsesión por las tetas. No sé quién soportará ahora que antepongas el mundo a ella o que juguetees a ser el más duro. Quien se molestará esta vez en conocer cuál es tu helado favorito ya no es mi pesadilla por las noches. Pero eso no significa que hayas dejado de importarme, ni que todas esas cosas me hayan dejado de gustar sino que simplemente me he cansado y es hora de que huya un poco de ti y deje de buscarte. Puede que este sea mi juego del escondite y si que me da miedo que ni tan siquiera te molestes en buscarme.
Yo no se que hacer ya, si no es por mi ¿Por qué es? ¿por ellas? Yo soy yo, porque si, por eso me quieres y no habrá otras como yo, las habrá mejores y peores, pero no me busque es otros labios porque mis locuras son mías y yo me quedo con ellas.
Te cansaste de cuidarme y lo entiendo, ahora yo me canso de jugar contigo y entiéndeme, son muchos años ya. Lo siento de verdad, por no poder ser una buena amiga ahora, pero es que nunca fui tu amiga, fui eso abstracto con el sabor dulce de los imposibles, fui la que te devolvía las ganas en besos, la que esperaba a que simplemente le dijeras ven para dejarlo todo.
No me creo que esté haciendo esto, te dejo las llaves debajo del felpudo, se que vas a volver pero no por navidad, que vendrás antes o después, no me concretaste el día, pero yo no estaré aquí, me voy a donde siempre y después a donde me depare el mundo.
Te querré siempre y cuando no me enseñen a olvidarte.


lunes, 21 de noviembre de 2011

Todo lo que nos dijismo cuando prometimos no prometer nada (Parte II)

La Graciosa, enero de 2010 (nuestro pequeño rincón del mundo)

Fue cuando me empezaron a doler los huesos cuando me preocupe, llevaba días pensando que la situación se me estaba escapando de las manos que, por cierto, en ese momento también me dolían, me dolía todo. Empecé a fumar de nuevo, lo había dejado cuando empecé a estudiar medicina ya que me parecía hipócrita defender la salud con un cigarro en la boca y eso que ella fumaba, y tanto que fumaba y siempre se las arreglaba para poner una excusa para no dejarlo hasta el día que me dijo “Daniel, me gusta fumar, el olor y el sabor, me gusta desde el primer cigarro”, le gustaba repetir mi nombre hasta la saciedad. Me he dado cuenta de que hablo de ella en pasado lo cual me preocupa aun más que el dolor de hueso del que antes hablaba. Lo primero que pensé fue que estaría enfermo, no lo estoy, estaba cansado o más bien frustrado. Mi vida era como un molde de galletas, estaba delimitado para ser de una forma que no podía cambiar, tenía que ser perfecto. Un puto molde de galleras, eso me lo dijo ella el día que le dije que quería estudiar medicina y se me olvido entonces que siempre tenía razón. Sin querer le eche la culpa a ella del dolor, porque era ella la me había hecho replantearme mi error mil veces, la que me decía que para ser feliz había que ser de vez en cuando un chico malo. Me dijo en su momento que yo tenía que ser una estrella y no un diamante. Ella, ella, ella y yo mite el billete de avión ¿A dónde? A ninguna parte, porque en verdad yo se que me quede con ella.
Su felicidad me abrumaba porque yo no era feliz en aquel piso de Madrid, que jodida es la realidad a veces. Ahora me enfrento a que puede que mi felicidad fuera ella y que ahora solo soy un molde de galleras vacio y con dolor de huesos. Miro la foto de nuestro pequeño rincón del mundo y creo que voy a llamarla.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Todo lo que nos dijismo cuando prometimos no prometer nada





Ella dormía con la boca entre abierta, abrazando la almohada y susurrando palabras por la noche. Por las mañanas nunca daba los buenos días y bostezaba sin ponerse la mano en la boca. El pelo se le pegaba por el lado derecho de la cara y la otra se convertía en la mata de pelo asesina de la que tanto me reía. No bebía café per esnifaba su olor en cantidades industriales, yo prefería no hacerlo pero era la única manera de hacerla sonreír por las mañanas. Yo la quiero, quiero que sea bajita y que me mire desde abajo con sus enormes ojos marrones, quiero poderla levantar con tan solo hacerle cosquillas en aquel lugar que descubrimos en un apartamento demasiado pequeño como para tanta gente. Gente, gente que nunca nos entendió y ahora aquí, entre canales, todo parece fluir un poco mejor ¿no? Pero la gente sigue jodiendo igual y no porque ella no sea perfecta, si no porque siempre me creí menos que ella. Sé que ella siempre quiso volver aquí y que quería hacerlo conmigo, hacerlo mientras los barcos pasaban pegados a las casas y el mar no encontraba límites para arrasar con esta ciudad hundida. Ahora solo sé que me gustaría que estuviera aquí, cantándome esa canción de hombre g al oído mientras le suplico que pare porque no tengo ganas de que llueva esta noche.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular (parte III)








En el cajón de la derecha sigue tu taza de hakuna matata que no ha vuelto a salir de allí desde aquel domingo por la mañana. Lo mismo pasa con tus Chocapic… Me da miedo tirarlo todo y mandarlo a la mierda y eso que ya han pasado dos meses.
He adquirido la manía de extender el brazo por el lado izquierdo de la cama buscándote, esperando para oírte respirar fuerte por las noches, el otro día me descubrí dándole un manotazo a tu almohada y diciéndote “Daniel estás roncando”, ya no sé si es que me estoy volviendo loca o es que ya echo de menos has tus manías y defectos más absurdos. Echo de menos oír el futbol en la tele los fines de semana y verte con los auriculares puestos escuchando la radio mientras, que no te guste ver el telediario y que cada vez que lo pongo me hicieras competencia con the kiss desde la habitación. Quiero que vuelvas al lado izquierdo de la cama.
Ante todo ahora mismo quiero que me recuerdes el por qué esta casa, normalmente, no es tan fría en invierno y que no quieras encender el calefactor porque pienses que el frio es la manera que tiene el invierno de unir a las personas. Este invierno esta siendo el más frío de todos, que ironía ¿no te parece?
Se me olvidaba… Me metí en mi correo el lunes, desde que te fuiste no me había metido, no por nada en especial si no porque ya sabes que nunca me meto, y ya sé dónde estás, veo que sigues teniendo la manía de poner mi correo en vez del tuyo. Puede que fuera sin querer o queriendo, yo simplemente he empezado a desconocerte.
Daniel espero que si vuelves algún día te acuerdes de traerme un jersey a rayas que el mío ya sabes que se me perdió. Un beso desde España.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular (parte II)










Hoy ha llovido. Me he sentado con la manta junto a la ventana, se ha adelantado el invierno este año, supongo que eso te hará feliz Daniel, a mí solo me recuerda a ti.
Al abrir la manta me encontré con aquella mancha de café y te vi sentado a las tres de la mañana, tapado con los ojos muy abiertos y moviendo la pierna derecha (nunca te sentó bien el café) explicándole a mi mente adormecida el por qué de la fiebre. “Es un mecanismo de defensa del cuerpo” decías inmerso en tus apuntes cogidos rápido y mal. “Entonces ¿por qué hay gente que muere de fiebre?”, me miraste con la pupilas dilatadas y los pelos revueltos sobre la frente, sonreíste y me tiraste el cojín que nos regalo tu madre por nuestro tercer aniversario, fue entonces cuando cayó el café dejando aquella mancha imborrable en la esquina derecha de la manta. “Porque hay amores que matan” contestaste haciéndome cosquillas… Y tanto que matan.
Desde que te marchaste, bueno desde que te marchaste no, si no desde que me quedo claro que no ibas a volver no ha entrado más café en esta casa. Ya no huele a café por las mañanas porque me parecía inútil hacerlo solo para olerlo… Bueno podría hacerlo, darme el gusto de pasear por los recuerdos y después regalárselo a Eugenio, que últimamente parece que se ha instalado en las escaleras de nuestro portal, bueno de mi portal ( qué difícil es empezar a acostumbrarse ) y no tiene ninguna intención de irse pese a las múltiples quejas de los vecinos. Aun la del 5º derecho me mira mal por los pasillos al acordarse de aquella vez que me vio sentada junto a Eugenio hablando de la vida en general y sobre ti en particular pero es que cuando te fuiste me apetecía hablar con alguien imparcial que no me dijera la que yo quería escuchar. Que si, que la autocompasión es bueno los primeros días, eso de que preguntes “Que he hecho mal” y que te respondan “el problema es él no tu” y que casi te lo creas, pero sé que no, Daniel, se que tú no eres el problema sino la fiebre que intento curarlo.
Han pasado ya dos meses y aun hoy te puedo prometer que me hubiera pasado toda mi vida entre tu nariz y tu labio superior, pero el recuerdo es cada vez menos nítido, me quedan las fotos de nuestro viaje a Kenia, las del metro de Madrid (aquella nuestra gran mudanza), de nuestra conquista del nuevo mundo… estas últimas me hacen reflexionar y pensar que perdí mucho tiempo sacando fotos a los paisajes. Y pensar que ahora podría haber tenido fotos de cada una de tus pestañas, de tu sonrisa y de aquella arruga que se te forma en la frente cada vez que te enfadas.
Acaba de empezar a llover, hoy el día esta triste, puede que tu teoría de los iones negativos no funcione, será porque a lo mejor no estás aquí para hacerme pensar que pasar el día dentro de casa acampando entre el sofá y la cama puede ser el mejor plan para un domingo por la tarde.
Aquella canción que decía “que hago yo cuando el domingo es por la tarde y el campeón se hace cobarde y se pregunta donde esta” nunca había adquirido tanto significado. Yo me llevo preguntando donde estas desde que te fuiste Daniel, pero el domingo esa pregunta se convierte en obsesión, es mas creo que cogeré el paraguas de lunares y saldré a buscarte. A ti siempre te gusto la lluvia y hoy seguro que no te importara mojarte. Ahora solo me queda tener claras las palabras que te diré cuando te vea puede que con un “te echo de menos” baste o al menos antes bastaba.

Bueno, voy a buscarte, espero que no estes lejos aunque en este momento te sienta a miles de aviones de aqui.

jueves, 27 de octubre de 2011

Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular







Yo me hubiera pasado toda mi vida entre tú nariz y tú labio, Daniel, perdida en esa inconstante sensación de no comprender por qué se puede estar tan a gusto en un situación tan incómoda, como es el vivir casi a punto de robarte el beso que guardas en el labio inferior. Sé que te lo robe muchas veces, ahora no sé cuantas, ni puedo contarlas, sabes que lo mío nunca fueron los números y mucho menos las ecuaciones que equivalen a ese proceso, solo sé que fueron muchas.

Ahora que se que te has ido, bueno eso ya lo sabía desde que te marchaste por la puerta, pero ahora que se que no vas a volver… y eso lo sé porque miró la estantería media vacía, al menos la parte derecha donde compaginabas tus manuales de medicina con las poesía de ese tal Pablo que tanto te gustaba recitar por las noches (nunca pensé que echaría de menos ese momento), pues que veo la estantería vacía y que ya no suena Bob Marley por las mañanas y que el geranio del balcón se está marchitando y no puedo hacer nada para revivirlo… ahora que se que te has ido y sé que no vas a volver pienso que tengo un poco de miedo. Ahora que se que no vas a volver, Daniel, no puedo evitar pensar que tengo que abandonarte, no por amarte o dejar de hacerlo, sabes que eso no fue nunca cuestión de debate, si no porque me estoy perdiendo a mi misma de tan poco comer, de tan poco vivir o de tan poca vida, no sé.
Ahora que se que no tienes intención de volver, empiezo a preguntarme donde estarás y te imagino en otro mar o sin ningún mar que mirar. Te imagino en Sevilla, arropado bajo las sombras de las minifaldas que recorren la ciudad aunque este casi llegando el otoño. Quitándote el pelo de la frente mientras te muerde con el colmillo derecho el labio inferior mientras te preguntas que podrás hacer ahora que ya has llegado. Te preguntarás porque te imagino allí, pero es que se que siempre quisiste ir y me gusta pensar que si ya no estás conmigo por lo menos serás feliz en otro lugar, que tienes una buena razón.

Sí que es duro, sí, pero no te diré que te echo de menos para evitar que puedas mirarme como me miras cuando me hablas de no sé qué rollo de los átomos o de que no se qué rollo de las hormonas. Sí, de esa manera, como si no tuvieras ya nada que desentrañar de mi, como sí ya me conocieras, no quiero que me mires como si estuviera vacía y dejar de sentir que te brillan los ojos al despertarte todas las mañanas. Eso será solo si vuelves.
Yo me hubiera pasado toda mi vida entre tu nariz y tu labio superior, Daniel, pero no me dejaste ni tan siquiera demostrártelo.
Te quiero.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseo Cristina, cumpleaños feliz BIEEEEEEEEEEENNN



Llamarte desde un locutorio nunca fue mi plan perfecto, este tampoco lo es...



Aun me acuerdo del día del que entro en mi vida y decidió quedarse indefinidamente para intentar hacerla un poco mejor día tras día, porque verán ella es libra por lo cual aseguró convertirse en mi balanza para desequilibrar las locuras y equilibrar los malos momentos. Nunca podré olvidar ese día ni los muchos que los siguieron, sus risos se convirtieron en un bucle infinito que nos llevaba siempre a imaginarnos un futuro que creíamos posible pero que se convirtió en imposible llevándosela a cinco horas de diferencia de aquí.




MARINA


Hace ya ahora veinte años creo recordar en un pueblo de Galicia apareció tras una curva bastante pronunciada un coche rojo. Dentro de ese coche rojo había tres personas: mamá, papá y Marina. Tendría ella entonces once años recién cumplidos, su piel era blanca, casi tranparente y sobre su frente descansaban unos risos morenos llegando casi a tapar sus ojos, de un marrón intenso. Miraba el mar con la boca abierta y sonreía con la inocencia que les faltaba a los otros dos adultos que ocupaban los dos asientos delanteros del coche y que apenas se habían dado cuenta de que el mar no se distinguía del cielo, de que las gaviotas sobrevolaban la costa, de que las olas les daban la bienvenida y de aquel velero que zarpaba mar adentro.
- Mira mamá el barco se llama como yo.
- Cariño ahora no puedo mirar- dijo la madre sumergida entre miles de mapas y caminos y folletos y facturas e ilusiones todas puestas en encontrar aquel pueblo.
Llegaron a eso de las dos de la tarde, comieron en una cafetería del barrio y cuando por fin llegaron a la casa ya serían las cinco de la tarde y el camión de mudanzas estaba frente a la puerta con las miles de cajas que quedaban por descargar.
Cuando la noche llego al pueblo más o menos y ya habían logrado que la casa fuera habitable decidieron ir a dar un paseo por la playa y cenar en el único restaurante, aquel que ofrecía la el mejor marico de toda Galicia y por el cual pasaban miles de turistas en verano y nadie en invierno, tuvieron suerte, era doce de octubre y el restaurante presentaba un ambiente un tanto desolado.
Se sentaron en una con vistas a la playa y la dueña se les acerco para al fin preguntarles que deseaban de comer. Fue preguntando uno por uno, y cuando llego a Marina la sonrisa se le borro de la cara, apunto con rapidez los pedidos y volvió rápido a la cocina con la cara blanca y farfullando “dios mío” tan bajito que tan solo ella podía oírse.
- Hoy ha sido un día muy raro- dijo la madre y tenía razón, aquella escena se había repetido aquel día siempre que alguien fijaba su mirada en la niña.
- Vamos a no darle importancia, mañana será otro día- dijo el padre.
Marina miraba por la ventana y vio aparecer otra vez aquel velero que llevaba su nombre, lo siguió con la mirada, giró la cabeza y dijo bien alto.
- Mamá mira otra vez el velero con mi nombre.
- Allí no hay nada, cariño.
Las olas rompían en la playa y donde antes estaba el velero no quedaba más que el reflejo de un cielo oscuro y sin luna.
- Mamá puedo ir a jugar a la playa mientras.
- Claro, pero no tardes en volver, no te pierdas mucho te estaremos vigilando desde aqui- pero no lo hicieron.
***



Los primeros pasos que dio sobre la arena le parecieron inolvidables, era la primera vez que notaba ese tacto áspero bajo sus pies. La noche estaba un tanto oscura pero no importaba, ella quería jugar, hacer castillos y creerse la princesa de su propio cuento, pero sobre todo quería recoger conchas.
Le había dicho que las conchas guardaban el susurro del mar, sus más profundos secretos y miedo, que en las conchas vivían las sirenas y los sueños de los navegantes que se habían adentrado en ellos. Ella quería una concha fuera como fuese y fue entonces cuando vio las rocas del acantilado y lo puntos blancos que brillaban en ella.
- Allí encontraré mis tesoro- dijo poniendo voz de pirata, riendo y echándose a correr.
***


La cena llego a la mesa antes de lo previsto y fue entonces cuando la madre miró a la playa para avisar a Marina de que ya era hora de volver. Marina no estaba en la playa.
- ¿y la niña?
- ¿no la vigilabas tú?
Entonces se levantaron los dos de la mesa y se miraron fijamente a los ojos, la niña no estaba y era culpa de ellos, la niña no estaba…
- ¿Qué pasa?- pregunto la dueña del restaurante.
No dio tiempo de responder, bajaron directamente a la playa en busca de Marina.
- Hoy es doce de octubre y noche sin luna, la marea está subiendo y su hija… eso no importa, pero una vez la encuentren llévensela lejos de aquí- dijo la señora, pero no la escucharon.



Continuará...

viernes, 7 de octubre de 2011

It is a wild world, es hora de reinventarse en positivo


Hoy me propusieron que hiciera un trabajo y era describirme a mi misma en una página en blanco. Comenzaron entonces las clásicas dudas de si a lo mejor no cabía todo en una sola página, eso lo dijeron los que creen conocerse mucho, y otros, los que fingen no conocerse nada empezaron a hacer bromas a ver si así conseguían seguir mintiéndose un poco más a ellos mismo. A mí no se me ocurrió ni una sola palabra, me vi frente al papel, con el boli big azul en la mano presionándome y la hoja mirándome con sus miles de cuadros blancos, esperándome. No puedo definirme ahora, no puedo, me he perdido entre Madrid y Boston un poco, estoy como reinventándome y cuesta, da dolor de cabeza. Las presiones, el “tú antes no eras así” claro que no, claro que no, por supuesto que no, yo no era así antes porque antes no me habían jodido tanto, porque antes yo podía mirar mis sueños e imaginarme en ellos y ahora no tengo sueños en los que imaginarme porque no tengo dinero y los sueños son muy caros, cuesta empezar a conformarse. Bueno pues cojo el boli que me pesa en la mano, la mano que me tiembla y escribo “a mi me suelen describir como una persona madura y que tiene las cosas claras” así se me describe por una parte de Madrid, por la mari tere, teresuchi. Por otro lado pienso en Andrea y en cómo me describiría ella por su parte de Madrid y recuerdo las veces que me ha llamado linda en la última semana y lo escribiría en el papel pero me da vergüenza por si lo leen en el alto. Mi niñita de Boston ya se yo como me describiría “cabezota y caprichosa” y si que puse lo primero y no lo último ya que no lo pienso así. ¿Qué hago?¿Describir mi yo pasado o el qué se está formando? Echar de menos es complicado y aun más si no solo se echa en falta una risa si no tres, y cuando empiezas a olvidar como suenan o como te hacían sentir es cuando algo se resquebraja un poco y piensas que ya es hora de marcharte a ver un poco de mundo y dar un paseo por la gran vía o fumarse un cigarro en el muelle del campus. Y ojala pudiera contárselo mientras ellas se toman un café y yo una coca-cola, porque el café no me gusta. Ahora solo sé que tengo hambre, sueño y ganas de ellas.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Lo inexplicable significa que no se puede explicar, no es tan complicado

Vivir, estar o no estar… neuronas que se rompen en dos, irreparables, fusión de ideas o de ideales que se dejan ver como son y son del todo extraños que se reencuentran en algún lugar del mundo. Sinsentidos, transformación de sueños fragmentados muy pequeños, muy, muy pequeños, tampoco se pueden arreglar, y rasgan todo lo demás. Cristales, que no se ven, esparcidos por el suelo y pies descalzos. Demasiado joven para caer o para estabilizar. Que pare, solo pido que pare. Still too young to fail, to scared, to sail away but one of these days Ill grow old.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Cristina dice que quiere ir a Nueva York y ver el cielo desde el Empire State

Ella dice que quiere hacerlo, que quiere verlo todo desde el piso 100 e imaginar que vuela, pero no se da cuenta de que hay muchos que vivimos pegados al suelo y que nos cuesta despegar. Cristina no quiere entenderlo y yo tampoco quiero, yo lo que quiero es que se quede en el banco de aquella avenida secreta, que oigamos la canción “seaside” y nos dejemos la garganta, quiero que me expliques otra vez la diferencia que hay entre los pequeños barquitos que nos dan vueltas. Quiero pasar tiempo tan solo viendo como se pinta mal las uñas y reirme de ella cuando termina y las mira como si fueran una obra maestra. Quiero ir a su casa y ver programas de música por horas sin darnos cuenta del tiempo, quiero ir a la cocina para que no me deje ayudarla en nada, ella sabe que yo no se ni hacer roscas en el microondas. Quiero enfadarme con ella y que me llame cabezota y decirle que es que tengo razón. Quiero que fume con una traba del pelo, que me diga que su color favorito es el de la gasolina y que qué el mío sea el aqua marina no tiene nada de especial, que tan solo es una mezcla de verde y azul. Quiero que se me adelante y me robe el libro de casa de muñecas y que me pongan mil negativos, que nos saltemos la primera hora para ir a comer churros, quiero deberle más dinero, quiero que toda su ropa se quede en mi armario. Quiero comprar licor de banana y mezclarlo con la fanta de fresa que solo le gusta a ella. Quiero ver la cara de asco que pone cuando huele algo que tiene piña y que me diga que no se comer, quiero que me haga señas raras con la cara para que me limpie alguna mancha que tengo en el moflete. Quiero pasar frío por las mañanas esperando en la puerta del portal a que baje después de haberse pasado por los menos 10 minutos lavándose los dientes. Y ella sueña con ir a nueva york y yo no quiero que vaya porque soy una egoísta, me da igual lo que puedas ver allí, para que quieres Broadway si yo siempre escucharé como cantas la canción de los miserables, para que quieres ver la estatua de la libertad si podemos seguir viendo el Poseidón de la avenida cuando está llena de niebla… Después de nueva york es Boston y después quien sabe, si navidad, que le den a la navidad, no quiero que se vaya. Boston no tiene nada y me la roba y no quiero que se vaya… Cristina sueña con ir a Nueva York en una semana y un día.

jueves, 11 de agosto de 2011

Donde estarás esta noche, donde va a ser el fiestón











Le it be, le it be… como vida, le tit be… Mar odiaba el humo porque no la dejaba respirar libremente que era como a ella le gustaba respirar. Mar odiaba el humo, hasta hoy, hasta que lo vió volar en el aire y comprendió que no era cuestión de respirar libremente si no de ver la libertad fluir hacia el infinito. Siluetas de color blanco recreándose, subiendo y bajando, volando. Mar quiso volar pero diferentes leyes se lo prohibieron y desde entonces se consurela con notar la presión en los oídos en el despegue de los aviones. Por eso ahora ya no odia el humo, porque el humo vuela y ella no.

lunes, 8 de agosto de 2011

“Quizás seas tú, quizá el control, quizás el fruto de un reventón, quizás lo perro que me vuelvo por la noche, quizás sea yo, quizás el temor...





Le ame y en otras palabras de des- ame aún más de lo que se puede considerar que esta compensado. Fue como una ida y venida de sentimientos contrarios, una lavada de cerebro para poder llenarlo de nuevas opiniones que eclipsaran la suya, siempre tan presente. Fue un cúmulo de desperdicios que fui reciclando poco a poco, una caja por recuerdo, un recuerdo por caja, pero no pude salvarlos a todos porque las fuerzas me flaqueaban, así me despedí de los detalles y de muchas de sus sonrisas y miradas y poco a poco fui vaciando cajas para irlas rellenando con cosas que con el tiempo adquieren más valor. Desate remolinos de viento de donde no alcanzaba a haber más que una simple tormenta, te miré desde universos paralelos ya que desde este no me estaba permitido mirarte, cree mi propia constitución poniendo como primera ley la libertad que me tomaba al simplificar todo en nada. Arranque pasión de donde no quedaban más que restos, apunté en cada paso una fecha diferente hasta olvidar las verdaderamente importantes, cree distancias a base de fronteras que no sirvieron de nada, volé, salté, reí, lloré, le vi crecer de lejos y de cerca, me volví agua, agua para soportar recipientes, agua para soportar todo, agua como aquella canción. Agua, porque cuando uno quiere beber pero el agua no está cerca, cuando uno tiene sed y el agua no está cerca, no nos queda otra que buscarla, buscarla y rebuscarla, y allá lo tienes: la vida y sus insensateces. Estaba claro que no podíamos ser agua, pero puede que nos guste más tener los pies en la tierra.

jueves, 4 de agosto de 2011

En el que me apetece contarle un poquito de verdad




- Cuéntame que es entonces lo que te preocupa.
- Muchas cosas, ya te las he dicho todas.
- ¿Solo es eso?
- Te parece poco.
- Me parece que no es comprable.
- ¿Comparable con qué?
- Con la vida.
- Sí, vale, explícate.
- No te rías, es enserio, la vida, mírala, has vivido ya casi 18 años, no es comparable.
- Pero es que hay veces que me apetece escapar un poco de todo.
- Pues escapa.
- No puedo.
- Eso es porqué no quieres, es cuestión de estadística, tú mismo me estás reconociendo que no es comparable.
- Es que no entiendo a lo que te refieres.
- Mírate, míranos, el mundo y todo lo que te queda por descubrir. Deja de pensar en lo que te preocupa por un momento y mira tu alrededor, has avanzado mucho y sin apenas darte cuenta. Simplemente recuerda que las fronteras ya no son más que simples rayas pintadas en un papel, algún día, y hoy te lo prometo, escaparemos juntos.
- ¿A dónde?
- Lejos, allí donde no hayan más horizontes que te preocupen.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Tengo personalidad adictiva y tú eres mi sustancia preferida

No es tortura, para mí no es tortura hacer lo que estoy haciendo es un simple pasatiempo, como quien colecciona sellos, postales, besos, lo que sea. Torturas hay muchas, esperar a que las cosas pasen no es una de ellas, luchar por algo tampoco. Dice que me como mucho la cabeza, pero es que si no lo hiciera ¿que sentido tendría esto? No quiero obviar ni simplificar cuando no es necesario, hay minutos que son perfectos tal y como están y no precisan de fragmentaciones momentáneas. Hoy yo tampoco es que me entienda mucho, pero tampoco estaba buscando una respuesta, para comprender primero tenemos que desentendernos un poco y con desentender no me refiero a simplemente pensar que no pensamos nada, si no a meter la cabeza debajo de una ola y esperar a que esta pase de largo mientras notamos su impulso, a bailar con los brazos abiertos y los ojos cerrados pensando que el mundo no se ha parado ni un momento, llega la noche, luego el día…, jugar al 21 y media apostando cigarrillos, reír porque nos arrastra la corriente en la orilla, soñar, gritar, vivir. Ella dirá lo que quiera, pero esto no es una tortura, comerse la cabeza a veces no es más que andar con un punto de ventaja.

domingo, 24 de julio de 2011

Y los caminos que nos quedan por recorrer...


El corria nunca le enseñaron a andar se fue,
tras luces palidas
Ella huia de espejismos y horas de mar
Aeropouertos unos vienen otros
se van igual que Alicias en ciudad
El valor para marcharse el miedo a llegar

Llueve en el canal la corriente
enseña el camino hacia el mar
Todos duermen ya
Dejarse llevar suena demasiado bien
Jugar al azar
Nunca saber donde puedes terminar o empezar

Un instante mientaras los turistas se van
Un tren de madrugada consiguio
trazar la frontera entre siempre o jamas


Ella duerme tras el vendabal
se quito la ropa sueña con despertar
en otro tiempo y en otra ciudad
Dejarse llevar
Suena demasiado bien
Jugar al azar nunca saber
donde puedes terminar o empezar
terminar o empezar
terminar o empezar

lunes, 18 de julio de 2011

Entre los railes de Europa

Tampoco tiene porque ser siempre asi, que si blanco que si negro, que si de muchos colores, es cuestion de simplificar las cosas. Las luces de roma son muy intensas, desde aqui todo parece un poco mas lejos, no hay tildes con las que adornar las palabras en los teclados. La historia vuela por los tejados en un eterno rumor de lo que siempre fue pero que no entendimos. Ya no hace falta pensar mucho mas, solo dejarse llevar. Siento mi ausencia durante este tiempo, diferentes caminos nos quedan, personas, horizontes, palabras, vida... De vuelta a Francia y ya despues el mundo y ahora solo me queda afirmar, mirando con un poco de verguenza al sol, entrecerrando mis ojso marrones: "Venezia, Roma, gracias por existir, no les dare mucho tiempo para echarme de menos".

viernes, 24 de junio de 2011

Colgados como en las películas, viviendo rápido para no pensar



Recuerdo perfectamente que todos los días a las 19.36 aquel gato de verano con ademanes de gran señor se paraba delante del apartamento 306 y miraba fijamente el pomo dorado de la puerta de madera. Pasaba largos minutos allí, pero nadie sabe a un qué era lo que pensaba cuando miraba con aquellos ojos verdes, pero verdes extraños, con motas de chocolate flotando en ellos. Se sentaba él allí esperando a que de un momento a otro el amor llegará y le llenará de besos y de arrumacos, por que vale que digan que los gatos son ariscos, pero este gato era especial y le gustaba el cariño incluso más que el ruido de los relojes que siempre le recordaba al latido de un corazón, cosas de gatos. Aquel gato de verano andaba y paseaba su raquítica escultura por los patios y los pasillos del complejo moviéndose de un lado a otro con una gracia y una destreza inigualables, yo lo observaba desde la ranura de mi ventana del apartamento 309, me fascinaba aquel animal que a fuerza de llamarlo independiente se había vuelto un enamoradizo, que de tanto que le decían que los gatos no soportaban el agua, adoraba pasarse horas chapoteando en la orilla de la playa. Él era un gato de verano, pero un gato de verano diferente de los demás y todos eso se podía leer en cada una de sus huellas que iba dejando siempre que encontraba cemento que estuviera a punto de cercar.
- Te he dicho millones de veces que no me gusta que me llames gato de verano.
- Y yo a ti otras mil que no puedo evitarlo, eres igual que un gato de verano.
- ¿Enserio me espiabas tras las ranuras de la ventana?
- ¿Enserio te sorprende?

domingo, 19 de junio de 2011

Do you really want to live forever?


-Necesito que me digas la verdad por tantas razones.
- ¿Qué dices?
- Esa es una de las razones, yo también te miento.
- ¿Por qué?
- Porque tengo miedo, ¿alguna vez has pensado en envejecer?
- Si.
- Y ¿cómo te lo imaginas?
- Pues... joder no sé qué decirte.
- Yo no puedo imaginármelo, quiero estar contigo y vivir para siempre. Quiero ser siempre joven. Esa es mi primera verdad, las demás ya te las iré diciendo.


sábado, 18 de junio de 2011

Venga, por favor, compremos ese billete a marte


Que pueden mandar estrellas a detener el universo si se presta esta noche, que pueden haber batallas campales y estar yo la primera alzando una bandera que puede que no me convenza pero que si me enamore. Que quiero que se entienda que me da igual que si el tiempo, que si la luz, que si el espacio, me da igual, que sepan que no creo en leyes inexorables salvo en una: las cosas pueden tender a infinito. Así que allá vamos, a la aventura de lo indiscutible, a descubrir lo que el ser humano ni se imagina que puede existir más allá de sus telescopios.

viernes, 10 de junio de 2011

Aquello fue una linda primavera, pero fue solo la primera



Me da igual que haya ladrones corriendo por las azoteas, me da igual que venga la policía a las 20.45 para intentar paliar este desastre, me da igual. Me da igual que no haya magia ahora porque en su momento la hubo, díganselo a los besos en plan diario de Noa y que ellos se los expliquen, porque a mí me da igual. Quedan un total de seis días de intensos apuntes de historias de restauraciones y de monumentos que pronto nadie recordará o que de tanto protegerlos prohibirán hasta pisarlos, largas y duras horas de divagaciones en inglés y entre libros de texto, pero no importa, es cuestión de supervivencia. Me da igual que no me guste el café o que los cubos de rubik me parezcan una pérdida de tiempo, da igual que no comprenda que sesenta segundos formen un minuto porque simplemente no se aprovechar el tiempo, se me da fatal, cosas de la vida y sus insensateces. Me da igual que siempre juguemos a no querernos o que nos queramos a ratos, me da igual quién se dé por aludido, me da igual. Me da igual que la marea este alta si quiero caminar por la playa y también me da igual que llueva porque me gusta la lluvia, me dan igual las estaciones porque vivo en una isla en la que apenas se notan por no sé qué rollo de los microclimas que ya me vale entender en esta semana. Me da igual no saber distinguir entre pasado, presente y futuro. Si el problema principal de Hamlet era no entender la vida, mi problema es que yo la entiendo demasiado bien ¿demasiado tiempo de divagaciones? Ya creo que sí, ahora simplemente se que debería de estar estudiando

lunes, 6 de junio de 2011

Y apareciste tú y apareciste tú




Vamos a jugar a perdernos un rato por los sentimientos ¿vale? No pongas esa cara, es sencillo, solo hace falta que centres todos tus sentidos en mi, así… mírame a los ojos. ¿Sientes algo? ¿Ves algo en mis ojos? No, bueno, inténtenoslo de otra manera. Coloca tu mano en mi cuello, lo notas, es mi corazón, se que está un poco acelerado, siempre lo está, piensa que mientras más rápido lata, más rápido vivirá, se equivoca, pero nos estamos desviando del juego, lo siento. ¿Te dijo algo mi corazón? Habremos de seguir intentándolo entonces. Pon la mano en mis labios ¿te dicen algo?
- Creo que quieren que te bese.
- Pues hazlo
Y se encontraron así los labios.


viernes, 3 de junio de 2011

GRACIAS

Muchas gracias a el chico rosa (http://elchicorosa.blogspot.com/) por ese segundo puesto en el concurso el cual me ha animado mucho a seguir adelante con este pequeño mundo que me he creado, muchos besos.


viernes, 27 de mayo de 2011

They say I don't spend time like I really should



















Es alucinante como el mundo tiene la capacidad de moverse siempre en la misma dirección y en el mismo sentido. Es indiscutible que el mundo tiene norte y sur y que estos son extremos que se contraponen, pero si nos paramos a pensar ¿Qué pasa con el este y el oeste? No son reales, no existen, no son antónimos, conviven juntos en el mismo continente, en la misma isla, en la misma ciudad, tú puedes ser mi este y yo ser tu oeste, casi se podría decir que están tan cerca el uno del otro que respiran el mismo aire, que podrían unir sus manos y fundirse en un todo en el que no existen direcciones, ni longitud, ni latitud, ni nada de nada. Otra de las certezas que me viene a mí a la cabeza cuando pienso en el mundo es que si todos estamos bajo el mismo cielo las distancias no pueden ser tan largas y que si están no son tan largas podemos soñar con estar en Buenos Aires y porque no en lugar de soñar, nos vamos, nos vamos y ya está, y ya desde allí soñamos con otras cosas. Hay que soñar con imposibles y vivir los posibles, que puede que no podamos llegar al infinito en un barco pero sí que podemos ver las estrellas desde el desierto y darnos cuenta del valor del símbolo . Remember, nothing ever goes according to the plan así que rompámolos y hagamos de un plan algo mucho mejor.

http://www.youtube.com/watch?v=RHWbF5H2aOQ

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