
No sabes lo que duele, no lo sabes ni nunca lo sabrás, porque tú perteneces a la mitad del mundo de las sonrisas y yo pertenezco a la otra mitad que se hipnotiza con ellas. Hay veces que me gustaría hacerme invisible y seguirte hasta el fin del mundo, verte cuando el sueño te arrebate el último pensamiento y ver despertar tus pupilas. Pero tú eso no lo sabes, ni lo sabrás por ahora, porque prefieres conformarte con besos que solo buscan besos y que no te sueñan como los míos. Eres mi sueño, mi pesadilla, mi primera sonrisa y mi última lágrima.
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