Un secreto vale lo que aquello de quienes tenemos que guardarlo

lunes, 4 de abril de 2011

Éramos como semáforos en rojo con beso incluido

Lo peor de todo es que siempre se creyeron diferentes, que si con esas miradas, que si con sus caricias, que si con su manera de ver el mundo. Es que ellos se creían algo así como que estaban elevados del suelo, que no caminaban si no que flotaban y como pompas de jabón eran felices hasta que explotaron. Explotaron a base de tanto aire, de tanto tiempo que si subiendo que si bajando y nunca juntos, nunca, porque no podían, se querían demasiado como para no mentirse, gritarse, odiarse, así de diferentes eran ellos. Y llego un día en el que, por decirlo de manera metafórica, se vieron frente a una playa llena de restojos, de lo que un día fue su historia. Que si una noria partida, un reloj de arena, una botella de ron… que si tinta, que si sol, que si mar…. Tantas, tantas cosas que si las juntabas podían volver a formar otra historia, algo si como empezar de cero, pero la playa esta ya acabada, contaminada, dolida y abandonada y ella la aborrece y el no quiere recordarla y así, atados por los recuerdos van deshaciendo caminos.

1 comentario:

  1. Creo que ahora es momento de dejar que el semáforo se ponga en verde y que así nuevos "pedestrians" pasen a nuestro lado. Que nunca se sabe cuando un cruce de miradas con sonrisa incluida conllevará el comienzo de una nueva historia que escribir y por supuesto, más tarde, contar.

    Eres la mejor escritora que he leido nunca... sabes que te quiero, verdad?

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