Un secreto vale lo que aquello de quienes tenemos que guardarlo

viernes, 10 de junio de 2011

Aquello fue una linda primavera, pero fue solo la primera



Me da igual que haya ladrones corriendo por las azoteas, me da igual que venga la policía a las 20.45 para intentar paliar este desastre, me da igual. Me da igual que no haya magia ahora porque en su momento la hubo, díganselo a los besos en plan diario de Noa y que ellos se los expliquen, porque a mí me da igual. Quedan un total de seis días de intensos apuntes de historias de restauraciones y de monumentos que pronto nadie recordará o que de tanto protegerlos prohibirán hasta pisarlos, largas y duras horas de divagaciones en inglés y entre libros de texto, pero no importa, es cuestión de supervivencia. Me da igual que no me guste el café o que los cubos de rubik me parezcan una pérdida de tiempo, da igual que no comprenda que sesenta segundos formen un minuto porque simplemente no se aprovechar el tiempo, se me da fatal, cosas de la vida y sus insensateces. Me da igual que siempre juguemos a no querernos o que nos queramos a ratos, me da igual quién se dé por aludido, me da igual. Me da igual que la marea este alta si quiero caminar por la playa y también me da igual que llueva porque me gusta la lluvia, me dan igual las estaciones porque vivo en una isla en la que apenas se notan por no sé qué rollo de los microclimas que ya me vale entender en esta semana. Me da igual no saber distinguir entre pasado, presente y futuro. Si el problema principal de Hamlet era no entender la vida, mi problema es que yo la entiendo demasiado bien ¿demasiado tiempo de divagaciones? Ya creo que sí, ahora simplemente se que debería de estar estudiando

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