Un secreto vale lo que aquello de quienes tenemos que guardarlo

martes, 20 de abril de 2010


“Aún no me lo puedo creer, le tengo aquí, a mi lado, le agarro de la mano, mi mano. Rozo su piel con mis labios, noto como las ondas de su risa me hacen ser feliz en minutos infinitos. No me lo puede creer, tengo su brazo atado a mí, tengo su mirada y sus minutos.”
El mar rompe cerca, mojando las huellas que dejaban sus pies y guardándolas en el recuerdo. Ella le mira como quien jamás ha visto la luz del sol brillando tan cerca, pero él apenas se da cuenta. Ella desea no despertar, pero él está despierto. Ella no quiere soñar sola y cuando puede darse cuenta la han despertado de lo que siempre fue su mundo perfecto: él.

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