Te dedicaré unas palabras esta noche, te las dedicaré porque te tengo tan idolatrado que ya no distingo lo que es la realidad de lo que me he imaginado. Te he querido tanto que he desesperado en mi espera y he olvidado que es mejor quererse un poquito más a uno mismo.
Te entregaré todo lo que tengo siempre y cuando no me robes el recuerdo de lo que fue y me permitas disfrutar de lo poco que queda, te daré hasta mi penúltima lágrima siempre y cuando me dejes la última para llorar un poco por mí, por lo que me he convertido, una simple marioneta sin vida donde sobrevivir.
Quise tanto que olvide que lo poco es mucho si se sabe valorar, quise tanto que me quede en nada y dejando a mis labios echando de menos otros que ahora prefieren darle el lujo de su rose a la mejilla.
Te ame con el corazón, la mente y todos los sentidos, incluyendo el sexto, que en mi caso es esa extraña capacidad de centrar toda mi atención en contentar a una sola persona y no permitir nunca que pierda la sonrisa.