Se abrocha la chaqueta, su piel está fría y no para de sonreír. Párate
ahora mundo, párate ahora y abandónanos en esta playa, con este frío para
justificar los abrazos, con los labios cuarteados para justificar los besos, o llévate
contigo también las justificaciones. Las gotas de agua que se unen es su
espalda, la toalla esperando su momento entre barreras de arena que vuelan con
el viento, la libertad girando en la dilatación de su oreja, los sueños
flotando en el ron, la luna amenazando desde el horizonte, ¿veremos la estrella
polar esta noche? Ahora mismo le diría en 60 palabras las razones por las que le
quiero, como en aquella película española, pero cambiándole el final, porque no
importa la muerte, ni el tiempo, importa solo que es domingo y tengo ganas de
parar el mundo y parar el mundo por alguien es complicado, se necesitan un par
de razones y sus manos me las están dando.
Un secreto vale lo que aquello de quienes tenemos que guardarlo
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