… pero me sube
una extraña inquietud por la garganta, frío que quema, y me doy cuenta de que
estoy muerta de miedo. Esto asusta más que el vértigo en la caída libre, que pararse bocabajo en una montaña rusa, que
los bombones de café, que pesar la maleta en ryanair, que una peli de miedo que
da risa, que bañarte después de ver tiburón… es tan jodidamente maravilloso que
asusta y que me disculpe si hago tantas preguntas, pero esta es la historia de
una periodista que ya no quiere serlo y de una gilipolles adorable que pone los
pelos de punta.
Un secreto vale lo que aquello de quienes tenemos que guardarlo
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