domingo, 26 de febrero de 2012
Domingo astromántico
sábado, 25 de febrero de 2012
El equilibrio es imposible cuando vienes y me hablas de nosotros dos
viernes, 10 de febrero de 2012
Buscando medusas en la bañera
Bésame, llévame, mátame.
He pensado tanto en ti, sin saber muy bien por qué. Falta un día por tenernos.
Tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo, tú y yo.
domingo, 5 de febrero de 2012
Anger, Jealousy, Bitterness, Tiredness, Hope, Lust, Love
martes, 31 de enero de 2012
Walk by the man who sings a song to the street lights
jueves, 26 de enero de 2012
No strings attached
martes, 24 de enero de 2012
Oslo, 12 de enero, "el comienzo" Se agradece que el cafe este caliente y que el mechero siga funcionando
martes, 10 de enero de 2012
Cuando a ti también te gusta la poesía
lunes, 2 de enero de 2012
(500) days with Summer
lunes, 26 de diciembre de 2011
si piensas que te vas a arrepentir cuando te levantes, simplemente acuestate más tarde
Respirar dentro, morir dentro,
Su sabor amargo me recuerda a ti.
Hoy es el primer lunes de una sucesión de tanto otros,
Y pienso en ti y en el vodka de frambuesa como mi objetivo perdido de este año.
Me gano en la lucha el 2011
Y esa manía de enredarme en tu pelo
de besarte en la nariz
La nariz más bonita que he visto.
Atrapar los cigarros con los labios y no dejarlos escapar,
Acompañar las tarde con películas de fondo,
Encontrar hogares donde no hay más que calles y coches
Decirnos ven cuando ya estamos cerca,
Muy cerca, Es peligroso.
Quiero que me sobes hasta gastarme,
Que me pellizques,
Que me mates.
Quiero que me busques y que no me encuentres.
Dime ven para decirte que no puedo dejarlo todo
Dime que me quieres para no saber qué contestarte.
Se mucho de la vida y poco de ti
Y eso me jode más que el estar borracha y no poder llamarte.
Sé que me dices que tengo un problema con la vida,
Pero sin ti ese problema desaparece
El aburrimiento me hace aborrecer esta navidad sin espíritu.
La decisión que he tomado me está hundiendo y
Dentro de poco
Vas a tener que buscarme por debajo de la calle que lleva a tu casa
Porque ni con estas
Conseguiré alejarme de ti,
Nunca.
Me quedo con el sabor amargo del vodka de frambuesa
y con mi recuerdo favorito a salvo de huellas dactilares que no sean
simplemente
las de tus manos en mi piel.
martes, 20 de diciembre de 2011
Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular (parte III)



El tono triste de esta carta es porque es una despedida porque estoy harta de perder dos horas de mi vida reflexionando sobre ti, porque como que la vida en general ha perdido sentido. Si que veo tu pelo resbalar por tu frente y tu sonrisa en cada esquina de este apartamento, si te pudiera borrar lo haría, pero no puedo y yo creo que sí que vuelvo a casa por navidad, te dejo el alquiler a ti, no lo voy a pagar más, ya no tiene sentido mantenerte vivo cuando has decidido abandonar.
Siempre has sido asi de inseguro y esta parece ser la definitiva, ahora me toca tomar la decisión a mí, sacar mi orgullo a hacer el tonto por los bares, a jugar al billar enseñando escote y a beberme los Martini sin aceitunas con el meñique apuntando a los neones gastados. Voy a celebrar mi vuelta al mundo, girls just wanna have fun, o algo así me han enseñado.
No soy nada fuerte y eso tú lo sabes y he mentido, si que he sabido de ti, esos últimos mensajes de buenas noches que me has dejado me han sabido a vacio y ya no se me corre el rímel cada vez que me imagino muriendo en hawaii sin ti.
Me he vuelto loca al pensar con quien estarás ahora, quien aguantara tu mala educación y tu manía de apropiarte de las camas y los espejos, tu caricias y tu obsesión por las tetas. No sé quién soportará ahora que antepongas el mundo a ella o que juguetees a ser el más duro. Quien se molestará esta vez en conocer cuál es tu helado favorito ya no es mi pesadilla por las noches. Pero eso no significa que hayas dejado de importarme, ni que todas esas cosas me hayan dejado de gustar sino que simplemente me he cansado y es hora de que huya un poco de ti y deje de buscarte. Puede que este sea mi juego del escondite y si que me da miedo que ni tan siquiera te molestes en buscarme.
Yo no se que hacer ya, si no es por mi ¿Por qué es? ¿por ellas? Yo soy yo, porque si, por eso me quieres y no habrá otras como yo, las habrá mejores y peores, pero no me busque es otros labios porque mis locuras son mías y yo me quedo con ellas.
Te cansaste de cuidarme y lo entiendo, ahora yo me canso de jugar contigo y entiéndeme, son muchos años ya. Lo siento de verdad, por no poder ser una buena amiga ahora, pero es que nunca fui tu amiga, fui eso abstracto con el sabor dulce de los imposibles, fui la que te devolvía las ganas en besos, la que esperaba a que simplemente le dijeras ven para dejarlo todo.
No me creo que esté haciendo esto, te dejo las llaves debajo del felpudo, se que vas a volver pero no por navidad, que vendrás antes o después, no me concretaste el día, pero yo no estaré aquí, me voy a donde siempre y después a donde me depare el mundo.
Te querré siempre y cuando no me enseñen a olvidarte.
lunes, 21 de noviembre de 2011
Todo lo que nos dijismo cuando prometimos no prometer nada (Parte II)
Fue cuando me empezaron a doler los huesos cuando me preocupe, llevaba días pensando que la situación se me estaba escapando de las manos que, por cierto, en ese momento también me dolían, me dolía todo. Empecé a fumar de nuevo, lo había dejado cuando empecé a estudiar medicina ya que me parecía hipócrita defender la salud con un cigarro en la boca y eso que ella fumaba, y tanto que fumaba y siempre se las arreglaba para poner una excusa para no dejarlo hasta el día que me dijo “Daniel, me gusta fumar, el olor y el sabor, me gusta desde el primer cigarro”, le gustaba repetir mi nombre hasta la saciedad. Me he dado cuenta de que hablo de ella en pasado lo cual me preocupa aun más que el dolor de hueso del que antes hablaba. Lo primero que pensé fue que estaría enfermo, no lo estoy, estaba cansado o más bien frustrado. Mi vida era como un molde de galletas, estaba delimitado para ser de una forma que no podía cambiar, tenía que ser perfecto. Un puto molde de galleras, eso me lo dijo ella el día que le dije que quería estudiar medicina y se me olvido entonces que siempre tenía razón. Sin querer le eche la culpa a ella del dolor, porque era ella la me había hecho replantearme mi error mil veces, la que me decía que para ser feliz había que ser de vez en cuando un chico malo. Me dijo en su momento que yo tenía que ser una estrella y no un diamante. Ella, ella, ella y yo mite el billete de avión ¿A dónde? A ninguna parte, porque en verdad yo se que me quede con ella.
Su felicidad me abrumaba porque yo no era feliz en aquel piso de Madrid, que jodida es la realidad a veces. Ahora me enfrento a que puede que mi felicidad fuera ella y que ahora solo soy un molde de galleras vacio y con dolor de huesos. Miro la foto de nuestro pequeño rincón del mundo y creo que voy a llamarla.
lunes, 14 de noviembre de 2011
Todo lo que nos dijismo cuando prometimos no prometer nada


Ella dormía con la boca entre abierta, abrazando la almohada y susurrando palabras por la noche. Por las mañanas nunca daba los buenos días y bostezaba sin ponerse la mano en la boca. El pelo se le pegaba por el lado derecho de la cara y la otra se convertía en la mata de pelo asesina de la que tanto me reía. No bebía café per esnifaba su olor en cantidades industriales, yo prefería no hacerlo pero era la única manera de hacerla sonreír por las mañanas. Yo la quiero, quiero que sea bajita y que me mire desde abajo con sus enormes ojos marrones, quiero poderla levantar con tan solo hacerle cosquillas en aquel lugar que descubrimos en un apartamento demasiado pequeño como para tanta gente. Gente, gente que nunca nos entendió y ahora aquí, entre canales, todo parece fluir un poco mejor ¿no? Pero la gente sigue jodiendo igual y no porque ella no sea perfecta, si no porque siempre me creí menos que ella. Sé que ella siempre quiso volver aquí y que quería hacerlo conmigo, hacerlo mientras los barcos pasaban pegados a las casas y el mar no encontraba límites para arrasar con esta ciudad hundida. Ahora solo sé que me gustaría que estuviera aquí, cantándome esa canción de hombre g al oído mientras le suplico que pare porque no tengo ganas de que llueva esta noche.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular (parte III)


He adquirido la manía de extender el brazo por el lado izquierdo de la cama buscándote, esperando para oírte respirar fuerte por las noches, el otro día me descubrí dándole un manotazo a tu almohada y diciéndote “Daniel estás roncando”, ya no sé si es que me estoy volviendo loca o es que ya echo de menos has tus manías y defectos más absurdos. Echo de menos oír el futbol en la tele los fines de semana y verte con los auriculares puestos escuchando la radio mientras, que no te guste ver el telediario y que cada vez que lo pongo me hicieras competencia con the kiss desde la habitación. Quiero que vuelvas al lado izquierdo de la cama.
Ante todo ahora mismo quiero que me recuerdes el por qué esta casa, normalmente, no es tan fría en invierno y que no quieras encender el calefactor porque pienses que el frio es la manera que tiene el invierno de unir a las personas. Este invierno esta siendo el más frío de todos, que ironía ¿no te parece?
Se me olvidaba… Me metí en mi correo el lunes, desde que te fuiste no me había metido, no por nada en especial si no porque ya sabes que nunca me meto, y ya sé dónde estás, veo que sigues teniendo la manía de poner mi correo en vez del tuyo. Puede que fuera sin querer o queriendo, yo simplemente he empezado a desconocerte.
Daniel espero que si vuelves algún día te acuerdes de traerme un jersey a rayas que el mío ya sabes que se me perdió. Un beso desde España.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular (parte II)



Al abrir la manta me encontré con aquella mancha de café y te vi sentado a las tres de la mañana, tapado con los ojos muy abiertos y moviendo la pierna derecha (nunca te sentó bien el café) explicándole a mi mente adormecida el por qué de la fiebre. “Es un mecanismo de defensa del cuerpo” decías inmerso en tus apuntes cogidos rápido y mal. “Entonces ¿por qué hay gente que muere de fiebre?”, me miraste con la pupilas dilatadas y los pelos revueltos sobre la frente, sonreíste y me tiraste el cojín que nos regalo tu madre por nuestro tercer aniversario, fue entonces cuando cayó el café dejando aquella mancha imborrable en la esquina derecha de la manta. “Porque hay amores que matan” contestaste haciéndome cosquillas… Y tanto que matan.
Desde que te marchaste, bueno desde que te marchaste no, si no desde que me quedo claro que no ibas a volver no ha entrado más café en esta casa. Ya no huele a café por las mañanas porque me parecía inútil hacerlo solo para olerlo… Bueno podría hacerlo, darme el gusto de pasear por los recuerdos y después regalárselo a Eugenio, que últimamente parece que se ha instalado en las escaleras de nuestro portal, bueno de mi portal ( qué difícil es empezar a acostumbrarse ) y no tiene ninguna intención de irse pese a las múltiples quejas de los vecinos. Aun la del 5º derecho me mira mal por los pasillos al acordarse de aquella vez que me vio sentada junto a Eugenio hablando de la vida en general y sobre ti en particular pero es que cuando te fuiste me apetecía hablar con alguien imparcial que no me dijera la que yo quería escuchar. Que si, que la autocompasión es bueno los primeros días, eso de que preguntes “Que he hecho mal” y que te respondan “el problema es él no tu” y que casi te lo creas, pero sé que no, Daniel, se que tú no eres el problema sino la fiebre que intento curarlo.
Han pasado ya dos meses y aun hoy te puedo prometer que me hubiera pasado toda mi vida entre tu nariz y tu labio superior, pero el recuerdo es cada vez menos nítido, me quedan las fotos de nuestro viaje a Kenia, las del metro de Madrid (aquella nuestra gran mudanza), de nuestra conquista del nuevo mundo… estas últimas me hacen reflexionar y pensar que perdí mucho tiempo sacando fotos a los paisajes. Y pensar que ahora podría haber tenido fotos de cada una de tus pestañas, de tu sonrisa y de aquella arruga que se te forma en la frente cada vez que te enfadas.
Acaba de empezar a llover, hoy el día esta triste, puede que tu teoría de los iones negativos no funcione, será porque a lo mejor no estás aquí para hacerme pensar que pasar el día dentro de casa acampando entre el sofá y la cama puede ser el mejor plan para un domingo por la tarde.
Aquella canción que decía “que hago yo cuando el domingo es por la tarde y el campeón se hace cobarde y se pregunta donde esta” nunca había adquirido tanto significado. Yo me llevo preguntando donde estas desde que te fuiste Daniel, pero el domingo esa pregunta se convierte en obsesión, es mas creo que cogeré el paraguas de lunares y saldré a buscarte. A ti siempre te gusto la lluvia y hoy seguro que no te importara mojarte. Ahora solo me queda tener claras las palabras que te diré cuando te vea puede que con un “te echo de menos” baste o al menos antes bastaba.
jueves, 27 de octubre de 2011
Reflexión de dos horas sobre la vida en general y sobre ti en particular



Yo me hubiera pasado toda mi vida entre tú nariz y tú labio, Daniel, perdida en esa inconstante sensación de no comprender por qué se puede estar tan a gusto en un situación tan incómoda, como es el vivir casi a punto de robarte el beso que guardas en el labio inferior. Sé que te lo robe muchas veces, ahora no sé cuantas, ni puedo contarlas, sabes que lo mío nunca fueron los números y mucho menos las ecuaciones que equivalen a ese proceso, solo sé que fueron muchas.
Ahora que se que no tienes intención de volver, empiezo a preguntarme donde estarás y te imagino en otro mar o sin ningún mar que mirar. Te imagino en Sevilla, arropado bajo las sombras de las minifaldas que recorren la ciudad aunque este casi llegando el otoño. Quitándote el pelo de la frente mientras te muerde con el colmillo derecho el labio inferior mientras te preguntas que podrás hacer ahora que ya has llegado. Te preguntarás porque te imagino allí, pero es que se que siempre quisiste ir y me gusta pensar que si ya no estás conmigo por lo menos serás feliz en otro lugar, que tienes una buena razón.
Yo me hubiera pasado toda mi vida entre tu nariz y tu labio superior, Daniel, pero no me dejaste ni tan siquiera demostrártelo.
Te quiero.
miércoles, 12 de octubre de 2011
Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseo Cristina, cumpleaños feliz BIEEEEEEEEEEENNN


Llamarte desde un locutorio nunca fue mi plan perfecto, este tampoco lo es...
- Mira mamá el barco se llama como yo.
- Cariño ahora no puedo mirar- dijo la madre sumergida entre miles de mapas y caminos y folletos y facturas e ilusiones todas puestas en encontrar aquel pueblo.
Llegaron a eso de las dos de la tarde, comieron en una cafetería del barrio y cuando por fin llegaron a la casa ya serían las cinco de la tarde y el camión de mudanzas estaba frente a la puerta con las miles de cajas que quedaban por descargar.
Cuando la noche llego al pueblo más o menos y ya habían logrado que la casa fuera habitable decidieron ir a dar un paseo por la playa y cenar en el único restaurante, aquel que ofrecía la el mejor marico de toda Galicia y por el cual pasaban miles de turistas en verano y nadie en invierno, tuvieron suerte, era doce de octubre y el restaurante presentaba un ambiente un tanto desolado.
Se sentaron en una con vistas a la playa y la dueña se les acerco para al fin preguntarles que deseaban de comer. Fue preguntando uno por uno, y cuando llego a Marina la sonrisa se le borro de la cara, apunto con rapidez los pedidos y volvió rápido a la cocina con la cara blanca y farfullando “dios mío” tan bajito que tan solo ella podía oírse.
- Hoy ha sido un día muy raro- dijo la madre y tenía razón, aquella escena se había repetido aquel día siempre que alguien fijaba su mirada en la niña.
- Vamos a no darle importancia, mañana será otro día- dijo el padre.
Marina miraba por la ventana y vio aparecer otra vez aquel velero que llevaba su nombre, lo siguió con la mirada, giró la cabeza y dijo bien alto.
- Mamá mira otra vez el velero con mi nombre.
- Allí no hay nada, cariño.
Las olas rompían en la playa y donde antes estaba el velero no quedaba más que el reflejo de un cielo oscuro y sin luna.
- Mamá puedo ir a jugar a la playa mientras.
- Claro, pero no tardes en volver, no te pierdas mucho te estaremos vigilando desde aqui- pero no lo hicieron.
***
Los primeros pasos que dio sobre la arena le parecieron inolvidables, era la primera vez que notaba ese tacto áspero bajo sus pies. La noche estaba un tanto oscura pero no importaba, ella quería jugar, hacer castillos y creerse la princesa de su propio cuento, pero sobre todo quería recoger conchas.
Le había dicho que las conchas guardaban el susurro del mar, sus más profundos secretos y miedo, que en las conchas vivían las sirenas y los sueños de los navegantes que se habían adentrado en ellos. Ella quería una concha fuera como fuese y fue entonces cuando vio las rocas del acantilado y lo puntos blancos que brillaban en ella.
- Allí encontraré mis tesoro- dijo poniendo voz de pirata, riendo y echándose a correr.
***
La cena llego a la mesa antes de lo previsto y fue entonces cuando la madre miró a la playa para avisar a Marina de que ya era hora de volver. Marina no estaba en la playa.
- ¿y la niña?
- ¿no la vigilabas tú?
Entonces se levantaron los dos de la mesa y se miraron fijamente a los ojos, la niña no estaba y era culpa de ellos, la niña no estaba…
- ¿Qué pasa?- pregunto la dueña del restaurante.
No dio tiempo de responder, bajaron directamente a la playa en busca de Marina.
- Hoy es doce de octubre y noche sin luna, la marea está subiendo y su hija… eso no importa, pero una vez la encuentren llévensela lejos de aquí- dijo la señora, pero no la escucharon.
Continuará...
viernes, 7 de octubre de 2011
It is a wild world, es hora de reinventarse en positivo

Hoy me propusieron que hiciera un trabajo y era describirme a mi misma en una página en blanco. Comenzaron entonces las clásicas dudas de si a lo mejor no cabía todo en una sola página, eso lo dijeron los que creen conocerse mucho, y otros, los que fingen no conocerse nada empezaron a hacer bromas a ver si así conseguían seguir mintiéndose un poco más a ellos mismo. A mí no se me ocurrió ni una sola palabra, me vi frente al papel, con el boli big azul en la mano presionándome y la hoja mirándome con sus miles de cuadros blancos, esperándome. No puedo definirme ahora, no puedo, me he perdido entre Madrid y Boston un poco, estoy como reinventándome y cuesta, da dolor de cabeza. Las presiones, el “tú antes no eras así” claro que no, claro que no, por supuesto que no, yo no era así antes porque antes no me habían jodido tanto, porque antes yo podía mirar mis sueños e imaginarme en ellos y ahora no tengo sueños en los que imaginarme porque no tengo dinero y los sueños son muy caros, cuesta empezar a conformarse. Bueno pues cojo el boli que me pesa en la mano, la mano que me tiembla y escribo “a mi me suelen describir como una persona madura y que tiene las cosas claras” así se me describe por una parte de Madrid, por la mari tere, teresuchi. Por otro lado pienso en Andrea y en cómo me describiría ella por su parte de Madrid y recuerdo las veces que me ha llamado linda en la última semana y lo escribiría en el papel pero me da vergüenza por si lo leen en el alto. Mi niñita de Boston ya se yo como me describiría “cabezota y caprichosa” y si que puse lo primero y no lo último ya que no lo pienso así. ¿Qué hago?¿Describir mi yo pasado o el qué se está formando? Echar de menos es complicado y aun más si no solo se echa en falta una risa si no tres, y cuando empiezas a olvidar como suenan o como te hacían sentir es cuando algo se resquebraja un poco y piensas que ya es hora de marcharte a ver un poco de mundo y dar un paseo por la gran vía o fumarse un cigarro en el muelle del campus. Y ojala pudiera contárselo mientras ellas se toman un café y yo una coca-cola, porque el café no me gusta. Ahora solo sé que tengo hambre, sueño y ganas de ellas.
jueves, 1 de septiembre de 2011
Lo inexplicable significa que no se puede explicar, no es tan complicado

miércoles, 24 de agosto de 2011
Cristina dice que quiere ir a Nueva York y ver el cielo desde el Empire State

Ella dice que quiere hacerlo, que quiere verlo todo desde el piso 100 e imaginar que vuela, pero no se da cuenta de que hay muchos que vivimos pegados al suelo y que nos cuesta despegar. Cristina no quiere entenderlo y yo tampoco quiero, yo lo que quiero es que se quede en el banco de aquella avenida secreta, que oigamos la canción “seaside” y nos dejemos la garganta, quiero que me expliques otra vez la diferencia que hay entre los pequeños barquitos que nos dan vueltas. Quiero pasar tiempo tan solo viendo como se pinta mal las uñas y reirme de ella cuando termina y las mira como si fueran una obra maestra. Quiero ir a su casa y ver programas de música por horas sin darnos cuenta del tiempo, quiero ir a la cocina para que no me deje ayudarla en nada, ella sabe que yo no se ni hacer roscas en el microondas. Quiero enfadarme con ella y que me llame cabezota y decirle que es que tengo razón. Quiero que fume con una traba del pelo, que me diga que su color favorito es el de la gasolina y que qué el mío sea el aqua marina no tiene nada de especial, que tan solo es una mezcla de verde y azul. Quiero que se me adelante y me robe el libro de casa de muñecas y que me pongan mil negativos, que nos saltemos la primera hora para ir a comer churros, quiero deberle más dinero, quiero que toda su ropa se quede en mi armario. Quiero comprar licor de banana y mezclarlo con la fanta de fresa que solo le gusta a ella. Quiero ver la cara de asco que pone cuando huele algo que tiene piña y que me diga que no se comer, quiero que me haga señas raras con la cara para que me limpie alguna mancha que tengo en el moflete. Quiero pasar frío por las mañanas esperando en la puerta del portal a que baje después de haberse pasado por los menos 10 minutos lavándose los dientes. Y ella sueña con ir a nueva york y yo no quiero que vaya porque soy una egoísta, me da igual lo que puedas ver allí, para que quieres Broadway si yo siempre escucharé como cantas la canción de los miserables, para que quieres ver la estatua de la libertad si podemos seguir viendo el Poseidón de la avenida cuando está llena de niebla… Después de nueva york es Boston y después quien sabe, si navidad, que le den a la navidad, no quiero que se vaya. Boston no tiene nada y me la roba y no quiero que se vaya… Cristina sueña con ir a Nueva York en una semana y un día.
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